viernes, 3 de diciembre de 2010

La Existencia de los existentes (diálogos eléáticos II)

Continuación del diálogo anterior

-Ayer parecimos llegar, (dando algunas cosas por supuestas, eso sí) a la unidad de la existencia, o sea, a que la existencia misma existe y es una sola… cosa, si no la única cosa. Argumentabas que la existencia, como toda otra característica o propiedad, o más aún, tiene que existir, es decir, ser algo autónomo e individual, independiente tanto de que la pensemos o no, como de que haya otras cosas que la ejemplifique o participen, porque lo que no existe, no puede hacer pensables a las cosas; y decías, también, que, como toda otra característica, o más aún, la existencia debe tener, ella misma, en grado superlativo o absoluto, su propia cualidad. Así que la existencia existe totalmente, y es una, la sustancia única.
-Eso es.
-Todo lo que tiene que ver con la manera en que tienen que ser las ideas o características querría oírtelo en otro momento, porque casi sólo lo dimos por supuesto. Pero lo que me gustaría que me explicases hoy, que es con lo que acabamos ayer, es si tu teoría elimina toda otra cosa que no sea la propia Existencia, o si permite a otras cosas existir también de alguna manera, como me pareció que insinuabas.
-¿Tú qué dirías?
-Bueno, a mí me parece que, si la Existencia es una cosa, no puede haber ninguna otra cosa; ni siquiera las cualidades, ideas o esencias que usábamos como ejemplos, porque decíamos que lo que no existe, no es nada. Si la Existencia es una, sólo existe una cosa, la Existencia misma.
-O sea, que, por ejemplo, tú o yo, que estamos aquí hablando, no existimos en absoluto.
-Eso te van a objetar todos, y yo mismo, aunque no existamos.
-Y ¿no puede ser que, aunque no existamos en absoluto, sí existamos en relativo, o sea, relativamente, como “mortales”, digamos?
-Explícame cómo.
-¿Cómo puede ser, dime tú, que una misma idea, por ejemplo, el Humano, se dé en muchas cosas? ¿Cómo algo uno se divide?
-Pero no es similar el caso de las ideas o esencias que el caso del ser o existencia, como ya se ha dicho muchas veces. Las esencias o cualidades, al ser varias, externas unas a las otras, se pueden intersectar, dando, unas, lugar a partes en las otras. Por ejemplo, si multiplico Azul por Cubo por Aquí, tengo este-cubo-azul. Pero, en el caso del ser o la existencia no puede hacerse tal cosa, porque no hay nada fuera que la pueda dividir: fuera sólo está el no-ser, como tú dices, y el no-ser no es nada. Así que, si la Existencia es una, no puede serlo como una cualidad o género.
-Hablaremos en otro momento de las cualidades o ideas. Hoy hablemos sólo de la Existencia. Entonces, te parece que, si quisiéramos salvar el presunto hecho de que tú y yo existimos (ya que estamos aquí hablando), tendríamos que aceptar que Existir no tiene un único sentido, como crees que lo tiene ‘Humano’, sino que tiene varios, quizá infinitos, o sea, que es equívoco, como lo llaman algunos. Es decir, que tiene un significado referido a ti y otro completamente distinto referido a mí… ¿Que yo exista de la misma manera que existes tú, esto es lógicamente imposible?
-Explícame que no es así.
-La verdad es que, puestos en plan lógico absoluto, yo no veo cómo evitar que todo lo que existe sea sólo uno, la Existencia o Ser mismo. Tú y yo somos completamente uno y el mismo, y es absurdo que, en términos absolutos, existamos como dos. Pero, entonces, ¿qué vamos a hacer contigo y conmigo?
-Está claro que tu teoría no “salva los fenómenos”, como se suele decir. ¿Qué piensas de eso?
-No me preocupa mucho, la verdad. Al fin y al cabo, la mejor manera de salvar un fenómeno es negarlo, ¿no? ¿No consiste todo esfuerzo de los sabios en eliminar los fenómenos, en reducirlos a algo uno? Porque, por eso son fenómenos, porque no se salvan a sí mismos… Simplemente mi teoría, si es como dices tú, lleva esto a sus últimas consecuencias. Así que no es eso lo que me preocupa. Ni tampoco eso otro, que dicen algunos, de que me contradigo porque ya al decir que sólo el ser existe y el no-ser, no, estoy yo mismo usando la no-existencia o no-ser.
-Pues esa pega debería resultarte más temible, a ti que pareces un fanático de lo lógico.
-Es que no tiene nada de ilógico. Porque la teoría no dice que el lenguaje pueda pasarse sin el no-ser (¿cómo va a decir eso, si el propio lenguaje no es la Existencia misma, sino que es parte del no-ser –por lo menos el lenguaje que razona y pasa de esto a lo otro-?), sino que, lo que dice mi dicho es que, en el ser de verdad, no hay no-ser alguno.
-No sé si eso es muy convincente. Pero sigue.
-Lo que me deja insatisfecho es esto otro: ¿tú das por hecho que existir y no-existir son dos conceptos absolutos por igual?
-¿Qué quieres decir?
-Parece que entiendes que si la Existencia existe absolutamente y es absolutamente una, la inexistencia, entonces, absolutamente no-existe, y es nada (ni una, ni varia).
-En buena lógica, porque son contrarios.
-No, yo creo que no es así en buena lógica. Mira, si fuese así, existir y no existir serían dos especies, digamos, de un único género, del Absoluto. Una sería la absolutamente sí y la otra la absolutamente no.
-Es verdad.
-Pero si la Existencia es lo máximo, y no tiene nada comparable, si no tiene igual, ni fuera ni dentro, entonces eso de que sea una de las especies de lo absoluto sería muy curioso, por decirlo suavemente.
-No sé si estoy entendiéndolo bien, pero termina, porque si me paro quizás no pueda seguir.
-Yo digo que hay, en principio, dos maneras de pensar, o de ser lógicos y razonables.
-¿Tú, el caballero de la unidad?
-Una es, digamos, la lógica de la igualdad y la simetría; la otra es la lógica de la asimetría. ¿Cómo entiendo una cosa y la otra?
-Supongo que no me lo preguntas a mí…
-Sí, aunque a través de mí. Escucha. Según la manera igualitarista o simétrica de pensar, una idea o cualidad (por ejemplo, lo Humano, o lo Blanco, o el Ser o Existencia) es una unidad, una identidad que se puede pensar, y que tiene como opuesto absoluto otra u otras ideas o identidades. Y, cuando una idea se divide (o multiplica, como sea mejor decirlo) lo hace también mediante ideas simétricas con otras. No sé si me entiendes.
-Yo tampoco lo sé.
-El modelo de esta primera manera de pensar, creo yo, es la idea de Extensión, o Espacio. La extensión es una, pero se divide en partes absolutamente iguales y totalmente simétricas.
-Así te entiendo mejor.
-Pues bien: la otra manera de pensar, la asimétrica, dice que nada tiene un opuesto absoluto, ni una se puede dividir o multiplicar idea en partes iguales, sino que, en todo hay un polo absoluto y los demás son relativos. El negro no es lo contrario absoluto del blanco, sino lo menos blanco posible, lo más falto de luz, pero no de manera absoluta.
-Te entiendo. Esta es la manera de pensar que dice que, por ejemplo, poder ser es sólo una falta de ser, no un no-ser absoluto.
-Por ejemplo. Bien, pues, ¿qué pasa si aplicamos una y otra manera de pensar al asunto del Existir?
-Veo, con alegría, que la segunda manera de pensar que dices, la asimétrica, es la que defenderá el ateniense que más te venerará. Según él, entonces, el no-ser o, como lo estamos llamando, el no-existir, no es ni puede ser lo totalmente contrario de lo que existe, porque eso carecería de sentido, pero sí puede ser un existir relativo, no absoluto; limitado, no pleno.
-No va, entonces, desencaminado, si yo voy por buen camino. Y, acogiéndonos a esta segunda manera de pensar, ¿por qué pensar que, si la Existencia existe absolutamente y es una, entonces nada más existe?
-Porque, según se deduce de lo que has explicado, creemos que la negación de algo absoluto es también algo absoluto. Y, claro, el absoluto no-existir, no puede existir de ninguna manera.
-Exacto. Pero esa es la forma pobre de pensar, creo yo. Lo opuesto a lo absoluto es lo relativo. Lo no-existente, aunque en términos absolutos no existe, puede y debe existir en términos relativos.
-Aunque esto no sea muy importante, debes saber que la gente no se hace esa idea de tu teoría. Creen que tú dices y repites que, si la existencia existe, nada más existe.
-Lo sé. ¿Sabes a qué se debe eso?
-¿A qué?
-A que no están bien dispuestos a escuchar bien: el fuerte prejuicio que tienen de su pobre lógica simétrica no se lo permite. Porque, si me hubiesen leído sin esas gafas, habrían visto que yo digo que, eso de que sólo la Existencia existe y es una, lo dice el Absoluto (o sea, la Diosa, en mi lenguaje poético), mientras que nosotros, los mortales, por ejemplo, tú y yo, o sea, las existencias relativas, tenemos que distinguir ser y no-ser, para hablar y para pensar a nuestra manera mortal.
-Creo que es muy difícil que lleguen a asumir que no es contradictorio decir a la vez que existe absolutamente una cosa, la Existencia, pero existen relativamente todas.
-Pues es eso lo único que hay que entender, creo yo.
-Sin embargo, recuerdo que hay toda una escuela de escuelas de filósofos que han defendido algo como lo que dices. ¿O no es lo mismo lo que dice el fraile Tomás, o sea, que el ser en sentido pleno, o lo que estamos llamando Existencia (cometiendo un pecado, creo, para sus seguidores), que el ser pleno, digo, es analógico, y todos los demás seres son algo en la medida en que participan del ser pleno; y que, como dicen, el ser está tanto en lo más general como en lo más particular?
-Bien dicho, como hay que decir de toda idea.
-Sin embargo, creo que ni fray Tomás ni sus seguidores dicen eso mismo de las esencias o géneros. A estos los toman por abstracciones, pseudo-existentes…
-Entonces es que no han dado todos los pasos. Pero esto, si te parece, lo podemos discutir mañana.
-Estoy muy de acuerdo. Pero repíteme lo que has querido decir hoy.
-Lo que he querido decir es que, en buena lógica, ser y no-ser no se excluyen, como si fuesen los dos absolutos y completos. No se excluyen, tampoco, absoluto y relativo, infinito y finito, uno y múltiple, y todo lo demás. Podemos pensar como absolutamente coherentes la absoluta, total y plena unidad de todo, y, a la vez, la relativa, parcial e incompleta multiplicidad de lo uno. Pero esto es muy difícil de pensar para el pensamiento simétrico, el que se basa en los completos opuestos, el que casi todos consideran la verdadera lógica. Pero sólo lo creen así porque piensan de manera relativa y finita.
-O sea, que lo que dices tú se puede entender sólo si pensamos de manera infinita.
-Así es. Pero esto no es imposible.

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